Con un pie en la ejecución de la hipoteca
Katie Selnick, una vendedora de inmuebles, le está mostrando la casa de Howard Fileman a un matrimonio, cuando encuentran sobre la cama del dormitorio principal, una pila de cenizas… junto con un pie humano. La pareja se va gritando. Katie está molesta. Hank, el abuelo de Booth, viene a vivir con él. Le pegó una trompada a un enfermero en su comunidad de retiro, de modo que tal vez sea el momento de hacer un cambio.
En la casa de Fileman, Katie le da su tarjeta a Booth, que está asqueado, y éste le pide una lista de todas las personas que tenían acceso a la casa. En el dormitorio, Booth ve un pastel en el tocador. Cuando se dirige hacia él, la mano de la víctima comienza a hacerse polvo. Brennan le dice a todos que no se muevan y luego usa el rociador de cabello de Katie como adhesivo para estabilizar los restos. En el laboratorio, Hodgins teoriza que el muerto fue víctima del “efecto mecha”: una persona que ha bebido de más que deja caer un cigarrillo encendido sobre su pijama. El incendio resultante quema la grasa del abdomen y al pijama actúa como la mecha de una vela humana de lento consumo. La víctima es una mujer. Tenía la deformidad de Haglund, un crecimiento óseo en el talón provocado por zapatos de tacones altos inapropiados. También sufría de fasciitis plantar y un nivel elevado de leptina. Brennan llega a la conclusión de que la víctima era probablemente obesa. Pero luego el equipo determina que las víctimas fueron dos, ambos obesos, ninguno de los cuales parecía tener enemigos. Hank trata de hacer de casamentero con Booth y le cuenta a Brennan algunos secretos de familia.
